Claro, en invierno es maravillosa para los amantes de la nieve, pero a medida que se acerca el verano, Ushuaia se viste de colores y la primavera le sienta, como podemos ver, muy muy bien. Por eso, hoy te traemos postales de esta ciudad austral que tiene mucho para ofrecer y que enloquece a los viajeros de todo el mundo (porque en sus calles durante todo el año te cruzás con biólogos, periodistas, mochileros llegados de todos los rincones del planeta a conocer este rincón tan especial).
¿Venís?
Atardeceres de fuego, lagos, montaña, coloridos pensamientos en los canteros de la ciudad. Los buques llegan de la Antártida y se ven como animales gigantes que pasan a saludar, todo toma un ritmo especial.
El Cerro Castor y el Martial, el Parque Nacional Tierra del Fuego, cada uno de sus rincones invita al trekking. Como los días empiezan a ser más largos y la nieve da paso a las flores y los verdes, toda la región se renueva y las experiencias se resetean. Hasta podés hacer avistaje de castores.
¿Qué sólo tenés cuatro días? No hay problema. Alcanzan para disfrutar de todo (comprimido, claro, pero variado e intenso al fin). En cuatro días podés conocer:
– La ciudad, Museo Marítimo, el Museo del Presidio, el Museo Antártico y el Museo de Arte Marino
– Lago Fagnano y Escondido
– Parque Nacional Tierra del Fuego
–El Canal de Beagle en barco
Te vas a quedar con ganas de más, pero con esos puntos tenés cubierto el pantallazo imprescindible si visitás la ciudad.
