Fue un día nublado y fresco así que fueron unos privilegiados quienes vieron este fenómenos poco frecuente: las playas de la Feliz se vieron bañadas de una espuma cremosa.
En algunas partes llegó a tener medio metro de espesor. Dicen que el fenómeno pasa cuando un oleaje se mezcla con concentraciones de materia orgánica y aseguran que no es peligrosa para los humanos.
Una postal más en un año atípico en el que, además, las altas temperaturas hicieron que el agua de las playas estuviera más templada que nunca.